La capital japonesa despidió hoy 8 de agosto, de los Juegos Olímpicos donde se vivió 17 días de pura emoción en una ceremonia de clausura que pone el broche de oro a unas Olimpiadas pospuestas y que fueron calificadas como las «más extrañas» de la historia.
Los Juegos se desarrollaron sin espectadores y los atletas participantes no podían salir de la Villa Olímpica. Para cerrar este capítulo de la historia olímpica, este domingo los fuegos artificiales iluminaron el Estadio Olímpico de Tokio.
Tokio cedió hoy el relevo como sede de los Juegos Olímpicos a París, que acogerá el evento en 2024, con un acto simbólico celebrado en la ceremonia de clausura y una conexión de vídeo en directo con la capital francesa.
La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, entregó la bandera olímpica al presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, quien a su vez la cedió a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, en el acto que tuvo lugar este domingo en el Estadio Olímpico de Tokio.
Tokio se conectó después en directo con París, donde las cámaras ubicadas frente a la Torre Eiffel mostraron a una multitud celebrando la cuenta atrás para los próximos Juegos Olímpicos mientras la unidad de vuelo acrobático del ejército francés, la Patrouille de France, dibujó la bandera nacional en el cielo.
Estaba previsto que se izara además una bandera olímpica gigante desde la icónica construcción, pero este plan se canceló a última hora debido a las condiciones meteorológicas en la capital francesa,
El cierre oficial de los Juegos contó con la participación de bandas de ska, breakdancers y ciclistas de BMX y culminó con los atletas dándole las gracias a los tokiotas a través de gestos de corazón con las manos.