Atletas olímpicos, Juantorena el “Caballo” en Montreal’76

Ago 29, 2020 | Internacionales

Prokop, casi nada y mucho ajetreo político

La austriaca Liese Prokop, Sykora de soltera, tuvo una breve carrera deportiva, pero una larga trayectoria en la política. En el atletismo se decantó por el pentlatón, logrando el título en la Universiada de Tokio 1967, mientras que a nivel olímpico, obtuvo plata en México 1968 detrás de la alemana Ingrid Becker. En 1969 estableció en dos oportunidades récord mundial, con 5089 y 5352 puntos, terminando así la carrera deportiva. En ese propio año es elegida diputada al parlamento regional de Baja Austria, por el Partido Popular de Austria, también se desempeñó como presidenta del estado de Baja Austria. En 2004 da el salto a escala nacional, sustituyendo a Ernest Strasser, como ministra del Interior, siendo la primera mujer en ocupar ese cargo. Durante su mandato tomó algunas de corte antipopular, que le valieron varias críticas por la prensa de la época.

Borzov, “vence” a los estadounidenses

El soviético Valery Borzov llegó a Münich con las aspiraciones de desbancar a los velocistas estadounidenses de la primacía olímpica, en los 100 metros; algo que solo habían logrado hasta ese momento, el sudafricano Reginald Walkers, el británico Harold Abrahams, el canadiense Percy Williams y el alemán Armin Hary. Borzov lo consiguió, pero tal vez con la “complicidad” del entrenador de Eddie Hart y Reynaud Robinson (Stan Wright), quien se equivocó en el horario de las series de cuartos de final y sus discípulos no se presentaron, sobre la pista, dejó en un segundo plano a Robert Taylor, único norteño en la carrera final. En los 200 metros su triunfo fue aplastante (20.00) sobre Larry Black (segundo, 20.19), Lawrence Burton (cuarto, 20.37) y Charles Smith (quinto, 20.55). Cuatro años después su estela de éxitos se vio mermada, apenas logró bronce en 100 metros. En su momento, se especuló en Occidente que Borzov era un producto de “laboratorio”.

Viren, extraño, pero ganador

Cuando los africanos irrumpieron en México 1968 como una manada en las pruebas de medio fondo y fondo, el finés Lasse Viren les puso un stop “momentáneo” en Münich (en Montreal, los países africanos se retiraron, ante la presencia de Nueva Zelanda, que mantenía relaciones deportivas con Sudáfrica), ganando los 5000 y 10000 metros. Transcurrida la cita alemana, los rendimientos de Viren descendieron, a tal punto, que en el europeo de Roma’74, solo obtuvo bronce en 5 mil, en cambio, en Montreal, sin la presencia africana, volvió a ser mismo de cuatro años antes, repitiendo el doblete, primero en lograrlo en dos Juegos Olímpicos; también trató en vano, de imitar la gesta de Zátopeck en Helsinki’52 (5000, 10000 y maratón), pero terminó quinto en los 42km y 195m. Tal vez, una celebración indebida de Viren en Montreal, le costó una reprimenda del COI, resulta que el finés, tras su triunfo en los 10 mil metros, dio su vuelta olímpica descalzo, pero exhibiendo las zapatillas en las manos, algo que el organismo deportivo interpretó como “publicidad”. Su tercera y última aventura olímpica, ésta en Moscú’80, fue todo un fracaso, con un quinto lugar en 10 mil metros, Moscú 1980. Durante su carrera deportiva, Lasse Viren, con una extraña personalidad, acostumbraba a recluirse en su natal Myrskyla, alejado de los medios de prensa, absorto en la caza de renos y ciervos, uno de sus hobbies favoritos.

Shorter, triunfo inesperado, pero seguro

Una de las grandes sorpresas del atletismo en Münich 1972, la protagonizó el estadounidense Frank Shorter, con su triunfo en la maratón, según la prensa de la época, el australiano Derek Clayton, el inglés Ronald Hill o el etíope Mamo Wolde, eran los candidatos al oro olímpico. El aval de Shorter lo engrosaban el título panamericano en Cali y haber ganado la Maratón de Fukuoka, ambos en 1971. En Münich, Clayton y Hill comenzaron delante, pero sobre el kilómetro 20, el estadounidense se fue adueñando del liderazgo, aumentado la ventaja, en la medida que transcurría la carrera, venciendo por más de dos minutos al belga Karel Lismont (segundo). A Montreal 1976 viajó como favorito, pero el alemán democrático Waldemar Cierpinski, lo adelantó a falta de unos ocho kilómetros dejándolo con la medalla de plata. Retirado del atletismo, en 1989 se coronó campeón mundial de biatlón para veteranos, fundó la Frank Shorter Sports, una empresa dedicada a comercializar ropa deportiva y, además fue presidente de la Agencia Antidoping de Estados Unidos.

Moses, de la nada inició su historia olímpica

Cuando el estadounidense Edwin Moses arribó a Montreal para intervenir en los Juegos Olímpicos, ya estaba entre los candidatos a ocupar la cima del podio, en 400 con vallas, siendo esa de 1976, su primera temporada atlética, pero el nacido en Dayton, Ohio, se había colocado líder del listado mundial, con el 48.30 realizado en los Triales de USA, celebrados a finales de junio en Eugene. Con apenas siete carreras, Moses estuvo listo para estar a la par del ugandés John Akii-Bua, del inglés Alan Pascoe, del soviético Evgueni Gavrilenko y de sus paisanos Quentin Wheeler y Michael Shine, todos, excepto Akii-Bua (África se retiró) fueron derrotados por Moses, quien inició en Montreal su estela de éxitos, interrumpida en Moscú’80 (boicot de Estados Unidos), continuada en Los Ángeles’84 y terminada, 12 años después, en Seúl’88, donde logró bronce. Curiosamente, retirado del atletismo, en 1990 conquistó medalla de bronce junto a Brian Shimer en la Copa del Mundo de bobsleigh, en Winterburg, Alemania.

Beyer, en el círculo familiar

El alemán Udo Beyer fue un icono en la impulsión de la bala en los años 80s, recordista mundial, fue titular olímpico en Montreal’76 y bronce en Moscú’80. Sus inicios fueron en el balonmano, llegando a convertirse en un excelente portero, el cambio al atletismo se produce en 1970. En los Juegos Olímpicos de 1980, estuvo acompañado por sus hermanos Gisela, cuarto lugar en lanzamiento del disco y Hans-Georg, campeón con la selección alemana de balonmano; mientras que coincidió con su hermana Gudrun (fisioterapeuta) en Barcelona 1992.

Juantorena, una semana corriendo

El cubano Alberto Juantorena había estado en los Juegos Olímpicos de Münich, en 1972, a los que llegó con apenas, un año en el atletismo y donde se ubicó en las semifinales de los 400 metros. Cuatro años más tarde, en Montreal, serían los “Juegos de Juantorena” y es que el entrenador polaco Zygmunt Zabierzowski venía planificando la participación de Juantorena, también en los 800 metros, una prueba que sería primero que su especialidad, los 400 metros y en la cual acumulaba, dos o tres carreras (1:45.2), dominó su heat (ronda uno), con 1:47.2; en semifinales, lo hace en la serie uno, con 1:45.9, mientras que en la final, al concluir la primera vuelta, el cubano tomó la punta de la carrera, llegando triunfal con 1:43.50, nuevo récord mundial. Al día siguiente inició el bregar en los 400 metros, luego de tres carreras de 800, sumó dos más para colocarse en la final, carrera donde tuvo que emplearse a fondo para superar en el sprint final al estadounidense Fred Newhouse, su tiempo de 44.26, en aquel momento, lo colocaba como el tercer hombre en la historia de esa especialidad (Lee Evans, 43.86 y Larry James, 43.97). Todavía a Juantorena le quedaban dos carreras, semifinal y final, estas como integrante del relevo 4×400, por lo que estuvo corriendo una semana (23 al 31 de julio). Este doblete olímpico es inédito hasta nuestros días. A los Juegos Olímpicos de Moscú, en 1980, llegó lejos de sus mejores momentos, sobre todo, disminuido por las lesiones, corriendo en la entonces capital soviética, sus únicas carreras de esa temporada, pues había sido intervenido quirúrgicamente, por lo que el cuarto puesto en los 400 metros, es todo un éxito.

Eddy Nápoles Cardoso – Cuba (Especial para Atletismo Peruano)

 

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