Demostrando que es más que un atleta, el mejor maratonista del mundo, Eliud Kipchoge lejos de presumir, defendió ante el mundo los beneficios del ejercicio físico. “Un mundo que corre es un mundo feliz. Y un mundo feliz es un mundo en paz”. Fueron las palabras del keniata tras ser condecorado con el Premio Princesa de Asturias de los deportes.
La entrega del Premio Princesa de Asturias, se entregó a Kipchoge, por ser un referente del deporte mundial en la maratón y por la labor social en su fundación cuyo objetivo es la promoción de la educación infantil y la protección del medio ambiente.
El maratonista destacó que existe un fuerte paralelismo entre correr y la vida cotidiana, donde para “ser felices” las personas deben centrarse en su salud mental y superar los “desafíos antes de alcanzar la proverbial línea de meta”. “Alguien que termina un maratón, es capaz de lograr cualquier cosa en la vida”, ha confesado el keniano, quien ha explicado que no se puede apresurar el éxito, dado que exige “mucha disciplina”, un “duro trabajo” y contar con “un equipo fuerte alrededor”.
Kipchoge, finalizó su intervención: “Ningún ser humano está limitado”. “Les insto a que vean el mundo sin límites y a que vean todo lo que es posible”, ha dicho, antes de cerrar su discurso con un nuevo mensaje de los valores que transmite el deporte: “Un mundo que corre es un mundo feliz. Un mundo que corre es un mundo unido”.
Una vez más Kipchoge confirmó que irá a los Juegos Olímpicos de París 2024 en busca de su tercer oro: “Yo voy a hacer todo lo posible para asegurarme de que se pueda ganar por tercera vez, se trata de hacer historia”, ha dicho.