La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) efectuó días atrás en Lausana, Suiza, su simposio anual, donde anunció que a partir del domingo 1ro. de abril se verá dotada de un nuevo régimen de sanciones para vigilar mejor a las organizaciones deportivas involucradas en irregularidades o trampas.
AMA apuntó que su nuevo «standard internacional» definirá las reglas a las cuales deberán atenerse todos los firmantes del Código Mundial Antidopaje, entiéndase el COI, la Asociación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) y la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), entre otras, pero afronta dificultades económicas para poner en marcha programas de control eficaces, un seguimiento rápido y apropiado de los controles positivos, reglas para las autorizaciones de medicinas de uso terapéutico, y dedicar medios dirigidos a la investigación.
La propia AMA reconoce que su situación financiera no atraviesa el mejor momento, porque dispone de menos de 30 millones de euros aportados por los gobiernos y el COI para trabajar el año entero.
La entidad mundial antidopaje, dirigida por Craig Reedie, proclamó en el simposio de Lausana como su gran idea la aplicación de sanciones claras contra deportistas, en función de la gravedad de la falta. Afirmó poseer una «última arma», aplicable a los casos más graves: suspender de los Juegos Olímpicos al país cuya organización nacional antidopaje esté acusada de fraude.
La AMA manifestó, en ese mismo escenario, estar disgustada porque el COI no acompañó su solicitud de vetar a Rusia para competir en los Juegos de Río de Janeiro 2016, pues a contrapelo con esa propuesta, jóvenes de esa nación tomaron parte en 25 disciplinas de la cita carioca.
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