Armand Duplantis de Suecia, a sus 20 años, batió en Torun (Polonia) su primer récord mundial absoluto (6,17 metros), a su corta edad ya es todo un veterano con la pértiga en la mano: desde que tenía siete años está familiarizado con las mejores marcas mundiales de su edad.
Nació para hacer historia en una especialidad que heredó de su padre. Es figura desde que tenía siete años y ahora va por el oro en Tokio 2020.
En Youtube circula un vídeo en el que «Mondo» aparece saltando con enorme soltura desde su más tierna infancia. Su padre, el pertiguista estadounidense Greg Duplantis (que llegó a superar 5,80 metros) le inició rápidamente en la disciplina y con seis años ya se elevaba sobre 1,67 metros.
A partir de ahí se sucedieron las mejores marcas mundiales por edades: A los ocho años saltó 2,89; a los nueve, 3,20; con diez, 3,86; con 11, 3,91 y con 12, 3,97 en pista cubierta.
Entre los 13 y los 16 años sus marcas empuñando la garrocha no fueron récords mundiales por edad. Saltó 4,15 con trece, 4,75 a los catorce, 5,30 a los quince y 5,51 con dieciséis, para reanudar, al año siguiente, al saltar 5,90 con 17, su colección de plusmarcas.
Al cumplir la mayoría de edad, con 18, se convirtió en el miembro más joven del club de los seis metros al proclamarse campeón de Europa en Berlín 2018 con un salto de 6,05. Volvió a superar, con 19 años, el muro de los seis (6,00) y fue subcampeón mundial absoluto. Apenas transcurrido el 2020, con solo 20 años, acaba de destronar al francés Renaud Lavillenie como plusmarquista mundial absoluto de pértiga.
Tras la gran actuación del sueco Duplantis recibió un mensaje a la hora del desayuno: «Que tengas un buen día, baby, pero no demasiado bueno». Era el francés, Renaud Lavilleníe, que al contemplar la exhibición de Mondo cuatro días antes en Düsseldor, ya sospechaba que el récord mundial que había conseguido seis años antes en Donetsk (Ucrania, ciudad natal de su predecesor Sergey Bubka), con una marca de 6,16, tenía las horas contadas.