Atletas Olímpicos: Fikotova-Connoly, un romance en plena Guerra Fría

Dic 27, 2020 | Internacionales

En esta entrega, incluye a varios atletas que tomaron parte en diferentes citas olímpicas, algunos con gran destaque, otros con loables actuaciones fuera del ambiente olímpico. Como el inglés Chataway, el “genio” en la aparición del libro Guinness; el romance entre la checa Fikotova y el estadounidense Connoly; el intento de doblete olímpico de la británica Packer y la persistencia de la australiana Boile, entre otros.

Chataway, merece un récord Guinness

El inglés Christopher Chataway, es otro de los atletas con una insignificante trayectoria olímpica, quinto en Helsinki 1952, en 5000 metros, aunque corrió a la par del checo Emil Zatopeck o del soviético Vladimir Kuts. Fue estudiante de la Universidad de Oxford (Magdalen Collage), al concluir sus estudios universitarios, luego del parón por el atletismo, consiguió un puesto ejecutivo en la empresa cervecera Guinness, cuyo director ejecutivo Sir Hugh Beaver, le encargó más tarde la creación del Libro Guinness de Récords, Chataway le formuló la propuesta a dos amigos suyos de la época de estudiante universitario, los hermanos Norris y Ross McWhirter. Otra faceta de Chataway fue la de presentador en las cadenas británicas Independent Television News y BBC. Su labor política lo llevó a ser elegido miembro del parlamento británico, entre 1957 y 1966.

Fikotova-Connoly, un romance en plena Guerra Fría

La atleta checoslovaca Olga Fikotova-Connoly conquistó en Melbourne 1956, el título olímpico y el amor, Fikotova había nacido en Praga, Checoslovaquia y practicó el baloncesto, el balonmano y el atletismo, todos con participación internacional, estas habilidades fueron bien aplicadas al lanzamiento del disco, la especialidad que le dio el título, pero en pleno Juegos Olímpicos, Cupido no creyó en barreras idiomáticas, ideológicas y menos políticas, así Olga Fikotova y el estadounidense Harold Connoly se enamoraron, había surgido un amor olímpico, ambos habían logrado el título en Melbourne, Connoly ganó el lanzamiento del martillo. El romance, aunque levantó ronchas en el lado checo, fue “autorizado”, cuya boda se celebró en la Plaza del Ayuntamiento, en Praga, teniendo como padrinos a otra pareja olímpica, Emil Zátopek y Dana Zatopková. Aunque Fikotova había sido autorizada a casarse con Connoly, el matrimonio significó el final de su carrera deportiva bajo la bandera checoslovaca, teniendo que trasladarse a vivir a Estados Unidos (Boston), país al que representó en las siguientes cuatro citas olímpicas, Roma 1960, séptima; Tokio 1964, duodécima;  México 1968, sexta y Münich 1972, donde fue la abanderada estadounidense, resultó eliminada. El “amor olímpico”, que fue todo un acontecimiento en el pináculo del enfrentamiento este-oeste, conocido como la Guerra Fría, no vio el final de esta contienda, ya que finalizó en 1974.

Reed, atleta y jurado de marcha

Norman Read, había nacido en Portsmouth, Inglaterra, pero a los 22 años emigró a Nueva Zelanda, justo a tiempo para representar a su nuevo país en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956, logrando el título en los 50 kilómetros de caminata, mientras que en Roma, apenas fue quinto en los 20 kilómetros. Una vez retirado, Reid laboró como entrenador, fue miembro del panel internacional de jueces de la IAAF, con participación en los Juegos de la Commonwealth de Auckland (1990), los Juegos Olímpicos de Barcelona (1992) y el Campeonato Mundial de Stuttgart (1993).

Areta, del atletismo al sacerdocio

El español Luis Felipe Areta clasifica como uno de los mejores atletas de su época en España, con varias plusmarcas en las pruebas de salto de longitud y triple. Asistió a tres Juegos Olímpicos, Roma 1960, Tokio 1964 y México 1968, logrando el sexto puesto en la capital japonesa, en salto de longitud. Al retirarse en 1972, asume el sacerdocio, ordenándose sacerdote del Opus Dei en 1980, ejerciendo como profesor y director espiritual en el colegio Gaztelueta de Bilbao.

Packer, ganó un título por venganza

La británica Ann Packer intentó realizar un histórico doblete olímpico en Tokio 1964, lo conseguido 12 años después por el cubano Alberto Juantorena en Montreal. Packer ganó los 800 metros, pero no pudo en los 400 metros, con la australiana Betty Cuthbert (52.01), aun batiendo el récord de Europa, con 52.20, prueba donde era la principal favorita. Ante la derrota, decide participar en los 800 metros, una prueba donde no dominaba el ritmo de carrera, por las pocas participaciones en ella, sus desempeños en la ronda uno (5°) y semifinal (3°), donde había clasificado in extremis, no le auguraban mucho éxito en la final, sumada la presencia de la favorita francesa Maryvonne Dupureur, pero Packer había sacado experiencia de las rondas previas y fue haciendo su carrera, sexta al paso por los 400 metros, tercera sobre los 600 metros, entonces inició el demoledor sprint final que la llevó al título olímpico y al récord mundial, con 2:01.1 minutos. Con la gloria olímpica, a los 22 años, dijo adiós al atletismo, contrajo matrimonio con Robbie Brightwell, medallista de plata en 4×400 en la cita japonesa, de cuya unión matrimonial nacieron Ian y David Brightwell, quienes lograron jugar en el Manchester City.

Boyle, persistencia no premiada

La australiana Raelene Boyle es oriunda de uno de los suburbios de Melbourne y tuvo tres realizaciones olímpicas. Con solo 17 años se ubicó cuarta (100 metros) en los Juegos Olímpicos de México 1968, pero conquistó plata en los 200 metros, solo superada por la polaca Irena Szewinska. Cuatro años más tarde, en Münich estaba entre las favoritas, pero no pudo vencer a la alemana democrática Renate Stecher, logrando medalla de plata, en ambas pruebas, Montreal 1976 fueron sus terceros Juegos Olímpicos, cuarto puesto en 100 y descalificada en 200 metros. Estuvo enfocada en los 400 metros, para Moscú 1980, pero Australia secundo el boicot estadounidense y Boyle no pudo participar.

Haro, agradecido al atletismo

El español Mariano Haro tuvo una larga carrera en el atletismo, que lo llevó a coquetear con el podio olímpico, en una época en la que todavía los atletas africanos no habían asaltado, totalmente, las pruebas de fondo. Haro ocupó el cuarto puesto en Münich 1972 y el sexto en Montreal 1976 (10000 metros). Durante su etapa de atleta fue conocido como “El León de Becerril”, en alusión al pueblo donde nació, Becerril de Campos, perteneciente a Palencia, en la Comunidad de Castilla y León. Quizás su mayor éxito fue ganar en 1965 y 1970, la Copa de Europa de Naciones, pero fue un referente en el atletismo español en los años 60s y 70s. En 2003 le fue entregada la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo y entre 1979 y 2003 fue alcalde de Becerril de Campos.

Eddy Nápoles Cardoso – Cuba (Especial para Atletismo Peruano)

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