Atletas olímpicos, La venganza de El Guerrouj

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Privalova, llegó donde menos la esperaban

Cuando en 1989 la entonces soviética Irina Sergueyeva, más tarde Privalova, se titulaba campeona de la Unión Soviética en los 100 metros, estaba lejos de soñar con un título olímpico, que no fuera en una de las pruebas de velocidad plana, pero en estas especialidades, solo conquistó, una medalla de plata (4×100) y otra de bronce (100 metros), ambas en Barcelona 1992. Los Juegos Olímpicos de Atlanta, en 1996, representaron un rotundo fracaso para Privalova, las lesiones habían minado su estado físico, a esto le siguieron, altas y bajas, teniendo que abandonar algunas temporadas. En el año olímpico, antes de llegar a Sydney, 12 de julio en Moscú, Privalova comenzó a gestar el futuro título olímpico, al correr sus primeros 400 con vallas, realizó 54.49 segundos, un crono nada despreciable para debutantes, luego en el campeonato nacional celebrado en Tula, hace 54.74 en semifinal y 54.21 en la final; el 18 de agosto, lo hace fuera de Rusia, ganando el Herculis GP en Monaco, descendiendo hasta los 54.06, por último, el 27 de agosto logra en Moscú, 54.52 segundos, la escena estaba lista para Sydney. En la cita olímpica austral, se mostró intratable desde el inicio, con 54.02 en semifinal, marca que rebajó en un segundo en la final, para dejar atrás a connotadas especialistas, como Deon Hemmings, Nezha Bidouane, Daimí Pernía o Tetyana Tereshchuk-Antipova. Su título olímpico se hizo realidad.

Mutola, al fin se coronó en Sydney

La corredora mozambicana María de Lourdes Mutola, sin haber cumplido los 16 años tuvo su debut olímpico, el que se produjo en Seúl 1988, pero Mutola fue subiendo escalonadamente y hubo de esperar 12 años para coronarse campeona olímpica. En la cita coreana no pasó de la primera ronda, luego en Barcelona 1992 se ubicó quinta, en Atlanta 1996, conquistó medalla de bronce y Sydney 2000 logró el título olímpico, pero como mismo subió a la cima, así fue bajando; cuarta en Atenas 2004 y despedida en Beijing 2008, quinta. Su colección de medallas en citas mundiales es envidiable, nueve títulos (tres al aire libre y seis en pista cubierta).

Schumann, sorprende a los favoritos

Antes del inicio de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, pocos esperaban el triunfo del alemán Nils Schumann, cuyo aval precedente eran los títulos en los Campeonatos de Europa, en sala y al aire libre y en la Copa del Mundo, todos en 1998, los votos eran para el danés Wilson Kipketer o el argelino Djabir Saïd-Guerni. En Sydney se vio la mejor versión de Nils Schumann, dominando la tres carreras, ronda uno, semifinal y final, esta última corrida a un ritmo lento, lo cual le benefició para rematar a Kipketer en la recta final, allí estuvo la clave de su título olímpico.

Ngeny, triunfo inesperado en Sydney

Aunque el gran favorito para ganar el título olímpico de los 1500 metros, en Sydney 2000, era el marroquí Hicham El Guerrouj, el kenyano Noah Ngeny no era un improvisado, Ngeny ya había escoltado a El Guerrouj en el mundial de Sevilla’99 y en la temporada olímpica había hecho correr al marroquí en la Weltklasse de  Zürich, donde logró cuota personal (3:28.12), dice un proverbio, que “a la tercera, va la vencida” y la tercera fue en Sydney, Ngeny venció a El Guerrouj, atacando de atrás y adelantándolo a falta de nos 15 metros. Pasado los Juegos Olímpicos, la estrella kenyana fue perdiendo el brillo, luego Ngeny sufrió un accidente automovilístico, cuyas lesiones se hicieron crónicas, teniendo que abandonar el atletismo.

El Guerrouj, venganza a medias

El marroquí Hicham El Guerrouj estuvo presente en tres Juegos Olímpicos y a todos arribó como uno de los principales candidatos al título, para Atlanta 1996, tenía la segunda mejor marca de la temporada (3:29.59), pero había evitado el enfrentamiento con el argelino Noureddine Morceli (3:29.50) durante el circuito europeo. En la final, cuando se disputaba la mitad de la carrera, se produce una caída, de la cual El Guerrouj no se pudo recuperar totalmente, finalizando último, ganó Morceli. A Sydney 2000 llegó como líder del listado anual (3:27.21), pero se interpuso el kenyano Noah Ngeny, quien lo venció en el tramo final. Entonces, para Atenas 2004 El Guerrouj debía recuperar parte del terreno perdido, por lo que se propuso realizar un doblete (solo Paavo Nurmi lo había logrado, París 1924), los 1500 eran su fuerte, pero en los 5000 metros, estaría invadiendo la parcela de etíopes y kenyanos. Ambas carreras, por la lentitud, giraron a su favor, en la primera, doblegó en la meta a Bernard Lagat y en la segunda, aun con la presencia de Kenenisa Bekele, recordista mundial y titular en 10 mil metros, lo favoreció su mejor final, El Guerrouj cumplió su objetivo en Atenas, pero quedó en deuda.

Pedroso, el matador no perdona

El cubano Iván Pedroso lidió en cuatro Juegos Olímpicos, todos con sus particularidades, debutó en Barcelona 1992, sin aun cumplir los 20 años (17 de diciembre de 1972), tuvo que servir de escolta a un trío de saltadores estadounidenses encabezado por el mítico Carl Lewis, con Mike Powell y Joe Greene; a la saga, luego llegó a Atlanta 1996, con () títulos mundiales y un “brinco” no homologado de 8.96 metros, pero llegaba sin estar totalmente recuperado de una intervención quirúrgica a la que fue sometido, luego de una lesión sufrida en la Copa Cuba, se clasificó para la final, con 8.05, pero en la ronda decisiva, apenas logró 7.75 y tuvo que ver como nuevamente Carl Lewis se colgaba al cuello el oro olímpico. A Sydney 2000, su tercera cita estival, llegaba como el principal favorito, pero camino al título le apareció un enconado adversario, el australiano Jai Taurima, quien lo puso en aprietos, con 8.49 en la quinta ronda, pero Iván no podía dejar pasar esa oportunidad y respondió como el “matador” que siempre fue, con un salto de 8.55, donde Taurima nunca pudo llegar. En Atenas 2004, ya con 31 años, Iván no llegaba en sus mejores momentos, pero su salto de 8.23 vale por el mejor séptimo puesto en la historia de esta prueba.

Freeman, bailando en casa

Cuando la australiana Cathy Freeman asistió a los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992, con 19 años, se convirtió en la primera atleta aborigen en participar en estos eventos, pero su momento no era en la cita catalana, tampoco lo fue en Atlanta, su momento era en casa, en Sydney 2000. Cuatro años antes había logrado medalla de plata en los 400 metros, no pudo con la fenomenal Marie-Jose Perec, pero en la ruta a Sydney, ganó los títulos mundiales en Atenas 1997 y Sevilla 1999, avales suficientes para ser considerada candidata al título olímpico, lo cual materializó el 25 de septiembre. El éxito olímpico la llevó a ser considerada una heroína nacional, posteriormente, participó en algunas competencias, pero dijo adiós definitivo en 2003.

Sánchez, con una visión acertada

El dominicano Félix Sánchez (400 con vallas) nació en New York, incluso, intentó representar a Estados Unidos, pero al quedar fuera del equipo estadounidense en los Triales de 1999, le hizo cambiar de rumbo, en lo adelante representaría a República Dominicana. Semifinalista en Sydney 2000, labró el camino al título olímpico, ganando los mundiales de Edmonton 2001 y París 2003. En Atenas se impuso relativamente fácil (47.63), rompiendo una cadena de cinco triunfos consecutivos de vallistas estadounidenses (los Ángeles 1984-Sydney 2000) y conquistando el primer título de República Dominicana en toda la historia. Para Beijing 2008 no se encontraba en su mejor forma competitiva, llegando a duras penas a las semifinales, pero no estaba acabado, en la ruta a Londres 2012 mostró signos de recuperación y en la capital inglesa reeditó la hazaña ateniense.

Eddy Nápoles Cardoso – Cuba (Especial para Atletismo Peruano)

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