La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) está inmersa en una era de muchos cambios bajo la presidencia de Sebastian Coe y uno de ellos es el procedimiento para elegir sede de un Campeonato del Mundo. Antes, varias ciudades presentaban su candidatura y una resultaba elegida.
En este proceso, Barcelona lleva varios años intentándolo sin éxito. Sin ir más lejos, fue una de las tres ciudades candidatas para celebrar los de 2019 pero el poderío económico de Doha se los llevó. La otra ciudad en liza, Eugene (Oregón, Estados Unidos), también fue premiada -a dedo- con la organización del Mundial del 2021. Barcelona ansía organizar el único gran evento que se le resiste hasta la fecha -Juegos Olímpicos (1992) o los Mundiales de fútbol (1982), natación (2003 y 2013), baloncesto (1986 y 2014) o balonmano (2013), entre otros, pero la IAAF parece no gustarle la idea.
A los mazazos que ha recibido la capital catalana en los últimos años por parte del máximo ente del atletismo internacional, hay que sumarle ahora el del Mundial de 2023. El propio Sebastian Coe ha confirmado a Mundo Deportivo en Berlín, durante la celebración del Europeo, que la intención es conceder la organización de dicho campeonato a Budapest. “El Mundial de 2023 será en Europa, preferentemente en Budapest” dijo el campeón olímpico británico haciendo referencia al nuevo proceso de elección basado en el interés estratégico.
La IAAF decidió en el pasado consejo celebrado en Buenos Aires el 28 de julio que el Campeonato del Mundo debía regresar a Europa en 2023 y que la mejor candidata era la capital húngara. Desde Londres 2017 hasta el de 2023, serán seis los años sin Mundial al aire libre en el viejo continente, el principal mercado de este deporte. Mucho tiempo sin atletismo de máximo nivel en Europa si tenemos en cuenta que el próximo Mundial indoor en 2020 es en Nanjing, China, y los Juegos Olímpicos de ese mismo año en Tokio.
“Es nuestra elección basándonos en varios aspectos estratégicos” señaló Coe apuntando el impacto que tendría para el país la celebración de dicho evento. En palabras del presidente, la principal preocupación de la IAAF es el legado que dejarán este campeonato porque “han habido varias ciudades que han organizado el Mundial y no ha servido para nada”.
Dicha decisión todavía no es firme y debe pasar un proceso de análisis durante los próximos cinco meses. “En diciembre anunciaremos si Budapest cumple con los requisitos necesarios para organizar este evento con garantías” aseguró Coe, valorando aspectos como la viabilidad financiera, el impacto en la ciudad y el nivel de las instalaciones.