En Argentina, había mucha expectativa por lo que iba a ocurrir con un nuevo reto del Hombre más veloz de la tierra, pero no fue así para muchos el enfrentamiento entre Usain Bolt y la línea 59, o el Metrobus, terminó siendo un verdadero fiasco porque el jamaiquino nunca se exigió ante un rival prácticamente obsoleto.
En una exhibición realizada esta tarde ante una multitud sobre la avenida 9 de Julio. El astro centroamericano, campeón mundial, olímpico y récordman en 100 y 200 metros llanos, cruzó la meta ante una ovación por uno de los carriles exclusivos para ómnibus frente al Teatro Colón.
Después de imponerse en la breve carrera, el jaimaquino saludó el chofer del colectivo, a los niños que viajaban en su interior y ensayó su habitual postura ganadora para el delirio de los fanáticos que asistieron al lugar.
En la red social Twitter, muchos usuarios expresaron su malestar por el tono extremadamente relajado de la exhibición, que fue organizada por el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El chofer de la línea 59 atribuyó a la «caja automática» la nula reacción de salida del colectivo, que nunca puso en apuros al atleta en la corta distancia entre la salida y la llegada.
«Lo que más me gusta es correr ante multitudes y, si bien me cuesta porque se hace en condiciones no óptimas, es un gran impulso anímico», fue la frase final del hombre más rápido del mundo.
Si bien la llegada del Usain Bolt a suelo argentino generó mucha expectativa, los ciudadanos albicelestes esperaban que el plusmarquista ponga en uso sus habilidades pero se quedaron con las ganas.
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