El saltador juvenil italiano, Mattia Furlani, hijo de exatletas que precisamente son sus entrenadores, saltó los 8.44 metros en el salto de longitud con viento ilegal (2,2 metros/segundo a favor, 0,2 más) que no le permitió homologar un nuevo récord mundial U20. Esto sucedió en una reunión atlética en Savona, donde estuvo cerca de hacer historia.
Si hubiera sido salto legal (dentro de +2.0) se hubiera acercado al récord italiano de Andrew Howe en el Campeonato Mundial de Osaka 2007 (8.47) y habría superado el récord mundial U20. El atleta natural de Rieti, ganó la prueba, gracias a su segundo intento de 8 metros. La segunda posición fue para el sudafricano Samaai (7,96), tercero el francés Bertrand (7,85).
«He enloquecido cuando lo vi, después salió en la pantalla el viento ilegal, pero esto no cambió mi reacción, es una gran actuación y estoy muy feliz porque trabaje mucho para preparar esta temporada», dice el joven en Savona,
“Esto es una muestra del futuro”, dice Mattia Furlani, el italiano de 17 años que resume de lo que será el Campeonato Mundial de Atletismo Cali 22, para él y otras 1500 estrellas en ascenso.
Furlani es un atleta espigado de 1.81 metros y 65 kilos, nacido hace 18 años en Marino, al sur de Roma, cerca del retiro papal de Castel Gandolfo, con genes atléticos en cada rincón de su cuerpo. Su padre, Marcello, un saltador de altura de 2,27m. Su madre Khadidiatou Seck, una velocista senegalesa. Su hermana mayor, Erika, una saltadora de altura de 1,94m. Mamá se encarga de cada aspecto de la preparación física de Mattia, mientras que para papá queda la parte técnica.
Mattia Furlani se convirtió en el protagonista de la prueba más técnica del Meeting de Savona y su resultado obtenido en el salto de longitud está teniendo un gran eco en todo el planeta.