La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) decidió en Mónaco mantener la suspensión de Rusia, en vigor desde hace 3 años tras la revelación de un amplio escándalo de dopaje, pese a la reciente mando tendida por parte de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
Para que la bandera rusa pueda ondear en el Mundial de Doha 2019 y en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, la IAAF requiere únicamente de dos condiciones que no ha aceptado ni la Agencia Rusa Antidopaje (RUSADA) ni la RUSAF.
En primera instancia deberán proporcionar acceso a los datos de las muestras del laboratorio que tiene la RUSADA en Moscú del periodo de 2011-2015 cuando se desató el escándalo; también Rusia tendrá que reconocer los hallazgos del llamado Informe McLaren sobre el dopaje y asumir los costos generados por la investigación del fraude.
El atletismo del país euroasiático parecía cerca de un retorno a la IAAF luego de que el Comité Olímpico Internacional (COI) los había perdonado permitiendo que atletas rusos compitan bajo bandera neutral y de que en setiembre la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) reintegró a la RUSADA. Los requisitos que pidió la AMA no se han cumplido y la falta de acceso a los datos del laboratorio moscovita antes del 31 de diciembre podría dar lugar a otra suspensión por el órgano rector del dopaje mundial.
Autoridades rusas niegan que los casos de dopaje fueron patrocinados por el Estado.
