Cuatro años hace que Jakob Ingebrigtsen no pierde un 3.000 en pista cubierta. Fue en Torun (Polonia), en las series del Europeo indoor de 2021, así que fue una derrota intrascendente porque un día después ganaría el oro. Un título que sería el segundo de los cuatro que suma ya en esta prueba a nivel continental tras su inapelable victoria en Apeldoorn, donde confirmó su condición de único favorito con la facilidad que se le presupone a los dioses del deporte.
Jakob, que llegaba a Apeldoorn tras batir los récords del mundo indoor de 1.500 metros y la milla en la misma carrera, nunca ha corrido un 3.000 indoor a tope. De hecho, su mejor marca es bastante modesta -7:40.32 por los 7:17.55 que tiene al aire libre, plusmarca mundial- y data de la final del Europeo de Estambul de hace dos años.
Esta vez ha evitado salir a cola de grupo, como hiciera ayer en semifinales, aunque tampoco ha impuesto un ritmo alto y ha esperado al último mil, que ha hecho en 2:19, para ir despedazando, uno por uno, a todos sus rivales.
Finalmente se ha impuesto con una marca de 7:48.37, que en realidad era lo de menos, por delante del británico George Mills (7:49.41) y el francés Azeddine Habz (7:50.48), plata y bronce respectivamente.
Con 24 años, es su vigésimo oro en un gran campeonato internacional. Todo empezó en el europeo al aire libre de Berlín 2018, cuando ganó los 1.500 y los 5.000 metros con sólo 17 años. Luego llegarían dos nuevos dobletes en este campeonato, dos oros olímpicos entre Tokio 2020 y París 2024, dos oros mundiales al aire libre, tres títulos continentales de cross y siete oros en los europeos de pista cubierta.
Una competición en la que sólo cedió en su debut, con 18 años, frente al polaco Marcin Lewandowski, que le derrotó en la final de los 1.500 metros de Glasgow 2019. Aquella fue su primera gran derrota en la única distancia en la que parece de carne y hueso.
Fuente: Diario Marca





