Hoy a ocho años de su retiro, sus marcas mantienen el brillo de los primeros días, fue todo un rey sobre los 2 metros y 40 centímetros, con más de una veintena de brincos sobre esa codiciada altura, reinado que inició el 8 de septiembre en Salamanca, España y que terminó en 1995 en Mar del Plata, Argentina.
Lo vi por primera vez en los Juegos de la Amistad realizados en Moscú en 1984, competencias que se celebraron como alternativa a la no asistencia de los entonces países socialistas a los Juegos Olímpicos de Los Angeles, allí el matancero terminó con 2.25, compartiendo el primer lugar con el soviético Valery Sereda, era su primer gran triunfo en la arena internacional, un año más tarde sería medallista de bronce en la Copa del Mundo de Canberra, Australia y en 1986, conquista en Atenas, Grecia el título del primer Campeonato Mundial Juvenil.
A lo largo de su fructífera carrera, – casi 20 años -, sus palmares son extensos y lo podemos resumir en un título olímpico, Barcelona 1992, un subtítulo, Sydney 2000; en Campeonatos Mundiales, oro en Stuttgart 1993 y Atenas 1997, plata en Tokio 1991 y Göteborg 1995; en Mundiales Bajo Techo, ganó cuatro ediciones, Budapest 1989, Toronto 1993, Barcelona 1995 y Maebashi 1999, sumando además una medalla de plata en Paris 1985 y Sevilla 1991.
En los Juegos Panamericanos, triunfó en Indianápolis 1987, repitió en La Habana 1991 y Mar del Plata 1995; en Juegos Centroamericanos y del Caribe, logró tres títulos también, México 1990, Ponce 1993 y Maracaibo 1998.
Otras competencias que lo vieron empinarse como triunfador fueron los Campeonatos Iberoamericanos, con cuatro, La Habana 1986, México 1988, Sevilla 1992 y Medellín 1996, también hay premios en los Juegos Mundiales Universitarios de Duisburgo 1989, en los Campeonatos Centroamericanos y del Caribe de Nassau 1985, y San Juan 1989.
En el año 1993 es galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, distinción con la se honra la destacada trayectoria atlética de un determinado deportista.
El apartado de los récords mundiales lo inaugura el 8 de septiembre de 1988 en Salamanca, España con 2.43, marca que repite al año siguiente en Budapest, pero ahora durante el mundial bajo techo y esta le sirvió a la vez de récord y de triunfo, en 1989 le agrega un centímetro en San Juan, Puerto Rico y termina el 27 de julio de 1993, nuevamente en Salamanca con un fenomenal 2.45, actual récord mundial.
Hoy cuando ya han transcurrido 21 años de su primer tope mundial, sus marcas perduran en el olimpo de los dioses, pues muy raramente alguien se ha acercado a ellas, su último 2.40 fue en 1995 y desde entonces solo tres saltadores han vuelto sobre esa altura, el ruso Vyacheslav Voronin en el año 2000, el sueco Stefan Holm en el 2005 y el también ruso Ivan Ukhov este año, estos últimos en recintos bajo techo; entonces es el propio Javier Sotomayor quien se acerca a sus 2.45 metros. Felicidades Soto.