Renato Cánova, es uno de los entrenadores de atletismo más acreditados del mundo y sus métodos heterodoxos y eficientes han “mutado” en grandes éxitos para sus atletas. Ahora tiene dos propuestas para luchar contra las trampas en las carreras: guardar la mitad del dinero del premio un año y la otra mitad tres hasta comprobar el pasaporte biológico, o responsabilizar al mánager de la devolución.
Renato Canova se trasladó hace 20 años a Kenia y acumula ya más de 40 medallas en grandes competiciones de sus corredores. Hace más de 20 años que el italiano aterrizó en el Valle del Rift, en Kenia, y desde entonces destacó como uno de los grandes descubridores de talentos. Entre sus discípulos más reconocidos se encuentran Wilson Kipsang, Florence Kiplagat, Moses Mosop, Abel Kirui, Mary Keitany o Silas Kiplagat.
Cánova propuso un método para que los atletas “escarmienten”, pero sobre todo para que no sea injusto que ganen pruebas y medallas y luego al cabo de un año den positivo y no les quiten los premios. Uno de los puntos de su propuesta, es que el 50% del importe del premio correspondiente que ganen por una prueba lo cobren un año después. De esta manera se da un margen para confirmar que el atleta está limpio y no ‘cae’ en test posteriores (como le pasó, por ejemplo, a Kiptum tras hacer el récord en Valencia).
Otro punto sería ingresar en una cuenta el otro 50%. Estaría ahí 3 años. Se podría retirar pasado ese tiempo después de ver el pasaporte biológico, que, como sabéis, es la recopilación de los parámetros fisiológicos de un deportista, mediante varios análisis de sangre y orina a lo largo de un periodo de tiempo (normalmente, 5 o 6 analíticas). La otra opción que plantea Canova es entregar los premios íntegros al mánager a los 6 meses. El mánager, en ese caso, sería el responsable del atleta y si en un futuro se demuestra que el atleta se dopó, el mánager tendría que reembolsar el dinero al organizador.
Sin duda, unas medidas de lo más coherentes para que no se produzcan las injusticias de los últimos tiempos y para eliminar esa ‘sombra de sospecha’ que suele planear cuando un atleta da positivo o se salta varios controles y ha logrado una gran marca recientemente.