En el invierno del hemisferio Sur (verano hemisferio Norte), se celebrará la edición 20 de los Campeonatos Mundiales de atletismo para atletas menores de 20 años (u20), cita que tendrá por sede a Lima, Perú, entre el 26 y el 31 de agosto próximo.
Como antesala de esta nueva edición mundialista, les propongo realizar un recorrido desde la versión inicial, Atenas 1986, citando algunos de los bisoños atletas que iniciaron su trayectoria deportiva en estos eventos, hasta convertirse en “Estrellas del Olimpo”.
Atenas 1986; la capital griega fue la cuna de, casi una decena de futuros titulares olímpicos; los primeros en hacerlo fueron, el cubano Javier Sotomayor (altura), la rusa Svetlana Kriveliova (bala) y la estadounidense Carlette Guidry (4×100); todos encaramados en lo más alto del podio, en Barcelona 1992; en Atenas, Guidry había tomado parte en 200 metros (4), longitud (7) y 4×100 (1). Otros cinco discípulos “atenienses” se graduaron en Atlanta 1996; los alemanes Lars Riedel e Ilke Wyludda (disco), la portuguesa Fernanda Ribeiro (10000m), que había participado en 3000 metros (4); el canadiense Bruny Surin (4×100), eliminado en la ronda previa del salto triple y la estadounidense Maicel Malone (4×400), tercera en 100 metros en Atenas. La última princesa ateniense en conquistar el olimpo fue Irina Privalova, por aquel entonces, bajo pabellón soviético, de apellido Sergeyeva y ubicada quinta en 100 metros, pero encumbrada a la cima 14 años más tarde, representado a Rusia, en 400 metros con vallas, en Sydney 2000.
El cubano Javier Sotomayor, mostró rápidamente sus progresos, en 1988 se adueñó de las cuotas mundiales en salto de altura, con 2.43, primero en el mundial bajo techo de Budapest y luego, al aire libre, en Salamanca; al año siguiente, en San Juan, le agregó un centímetro a lo conseguido en el último escenario, para terminar en 1993, con 2.45, vigente aun, nuevamente en esa bendecida ciudad española. En Sídney, Sotomayor se colgó al cuello medalla de plata; mientras que, sus títulos mundiales ascendieron a seis, cuatro bajos techos (Budapest 1989, Toronto 1993, Barcelona 1995 y Maebashi 1999) y dos al aire libre (Stuttgart 1993 y Atenas 1997).
PD: El británico Colin Jackson (110 con vallas), titular en Atenas, fue otro de los grandes atletas aparecidos en la capital griega, pero le fue esquiva la gloria olímpica; Jackson al año siguiente escaló al segundo puesto del podio olímpico en Seúl; ganando y estableciendo récord mundial en la cita del orbe de Stuttgart 1993, con 12.91 segundos.
Sudbury 1988; transcurrido apenas cuatro años, en Barcelona 1992 se graduaron los primeros príncipes de la cita canadiense (5), siendo quizás, Fermín Cacho el más contundente, por hacerlo en casa y doblegando a dos viejos conocidos en los 1500 metros, Morceli y Suleiman; el obstaculista kenyano Matthew Birir, segundo en Sudbury y primero en Plovdiv, encabezó la triada de su país (Patrick Sang y William Mutwol) en la Ciudad Condal; por su parte, Maksim Tarasov (2) aprovechó la debacle de Bubka para coronarse en la pértiga; el checo Robert Zmelik (2) fue el amo de las pruebas combinadas; por último, Quincy Watts, titular en 4×100, se colgó al cuello dos títulos en Barcelona, venciendo en 400 metros y 4×400. En Atlanta 1996, se coronó el argelino Noureddine Morceli tomando desquite sobre Cacho; mientras que la alemana Astrid Kumbernuss, que había sido segunda en bala en la cita junior, se tituló en disco.
El argelino Noureddine Morceli (1500 metros), llegó como el gran favorito a los olímpicos de Barcelona, era doble titular mundial (Sevilla y Tokio), pero sucumbió al quedar séptimo; un mes más tarde impuso récord mundial, con 3:28.86, en Rieti (6 de septiembre), una segunda cuota del orbe rubricó en 1995, con 3:27.37, en Niza (12 de julio); Morceli acumuló, otros dos títulos mundiales, en Stuttgart 1993 y Gotemburgo 1995.
PD: Otro inglés, Steve Backley (jabalina), segundo en Sudbury, aprovechando el cambio del centro de gravedad del implemento que se produjo en 1986, para impedir que la jabalina constituyera un peligro al ser lanzada dentro de los estadios; Backley, con el nuevo implemento, logró implantar tres récords mundiales, 89.58 (Estocolmo, 2 de julio de 1990), 90.98 (Londres, 20 de julio de 1990) y 91.46 (Auckland, 29 de enero de 1992). Otro futuro recordista mundial salido de la cita canadiense fue, el velocista estadounidense Andre Cason, titular en 100 metros; Cason era el arrancador de la cuarteta que estampó 37.50, para coronarse en Tokio 1991; luego le correspondió la segunda posta, cuando los estadounidenses hicieron 37.40 en Stuttgart 1993.
Eddy Nápoles Cardoso – Cuba (Especial para Atletismo Peruano)