¿Qué sucedió con el medio fondo y fondo cubano? (III)

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Eddy Nápoles Cardoso – Cuba (Especial para Atletismo Peruano).-Continuando con la valoraciones sobre las especialidades de medio fondo, fondo y caminata dentro del atletismo cubano, hoy les traigo dos parámetros que nos pueden brindar una evaluación real de la calidad expresada por los atletas criollos, el primero está relacionado con los rendimientos logrados en los años 70 y 80 del pasado siglo y el segundo, es concerniente a los récords nacionales, valorando estos dentro de la comunidad iberoamericana, apartado, donde no somos tan peores, como nos quieren ver.

A modo de ejemplo, les comentaré algunos resultados obtenidos hace varios años atrás, con otros logrados en los años 90 y posteriormente, que en la mayoría de los casos, demuestran cuanto se retrocedió en la etapa más reciente, aun existiendo matriculas de atletas de estas especialidades en los centros de alto rendimiento (2011).

En la prueba de 1500 metros para hombres, en la década de 1970, cuatro corredores descendieron de los 3:45.00; Luis Medina, que lo hizo sistemáticamente, entre 1974 y 1979; José Cobo, en 1973, 1974 y 1977; Sixto Hierrezuelo, en 1977 y Leandro Civil, en 1978. Una década más tarde, la prueba vivió su momento de esplendor, con nueve atletas por debajo de esa marca, repitiendo Medina, en 1980, 1981, 1982 y 1983; Jorge Poll, lo hacía en 1982 y 1983; Juan Antonio Conde, en 1985; Pedro A. Guerra y Félix Mesa, en 1986; Raúl Cristobal Mesa, en 1987; Amado Ramos, en 1988; cerrando José Luis Isaac y Ángel Rodríguez, ambos en 1989.

En los años 90, la cuota fue en descenso, pues solo tres atletas derribaron esa barrera, repitiendo Isaac, en 1990; Ramos, en 1991 y Ereisis Torres, que lo hizo en 1998. En el presente siglo, lo han logrado cinco corredores, el propio Torres y Yoandris Caraballo, en 2002, Raúl Neyra, en 2006, Andy González, en 2006, 2008 y 2010 y Maurys Castillo, que lo hizo ininterrumpidamente entre 2003 y 2010.

Si nos trasladamos a los 5 mil metros, tenemos, que siete corredores han descendido de los 14 minutos, el primero de ellos, Luis Medina (13:59.0), en 1975, repitiendo en 1976 (13:58.6) y en 1977 (13:44.8); luego en los 80, lo hicieron Ángel Rodríguez, en 1987 y 1988, Alberto Cuba, en 1988, Juan Jesús Linares, en 1987 y 1989; mientras que en los 90 lo lograron, Ángel Rodríguez, en 1990 y 1991 y Juan Ramón Conde, en 1990. En el presente siglo, solo lo han logrado Aguelmis Rojas y Henry Jaen, ambos en 2002.

Entrando en el segundo parámetro, los récords nacionales de estas especialidades, les comento que, dentro de Iberoamérica, comunidad formada por 29 naciones de habla hispana y portuguesa, las cuotas cubanas en estas pruebas no van a la saga, ni muchos menos. La cuota nacional que brinda la mejor ubicación es, el 4:09.57 minutos de Adriana Muñoz, en 1500 metros, ocupando el sexto lugar, antecedido solo por Portugal, España, Mozambique, Brasil y Colombia. La segunda mejor ubicación es lograda por la maratón (M), séptimo con 2:10:53, de Alberto Cuba (este entre 28 naciones que lo practican).

En el octavo lugar se ubican los topes cubanos de; 3000 con obstáculos, con 8:26.16, de José Alberto Sánchez (entre 29 naciones); 20 kilómetros caminata, con 1:21:45, de Jorge Luis Pino (entre 23 países) y 50 kilómetros, con 3:52:19, de Edel Modesto Oliva (entre 19 países). Cerrando las ubicaciones dentro de la primera decena, las cuotas marcadas por Yudileyvi Castillo, novena en los 5 mil femeninos, con 15:59.44, (entre 28 naciones) y décima, los 10 mil con 33:45.76 (entre 27 países).

Onceno lugar ocupan los récords nacionales criollos, de 1500 metros masculinos, con 3:38.88, de Maurys S. Castillo (entre 29 naciones); 3000 con obstáculos (F), con 9:58.7, de Yoslín Ocampo (entre 25 países) y 20 kilómetros (F), con 1:33:47, de Yarelis Sánchez (entre 18 naciones).

En el decimosegundo lugar se ubican, los 5 mil (M), con 13:44.8, de Luis Medina (entre 29 países) y el de maratón (F), con 2:36:35, de Emperatriz Wilson (entre 14 naciones), mientras que la más alejada, es el 28:48.96 de Alberto Cuba, en 10 metros, con el decimocuarto lugar entre 29 naciones.

Estos ejemplos ilustran como en las décadas de los 70 y 80 del pasado siglo, se lograron los mejores rendimientos en estas especialidades del medio fondo y fondo, entonces, surge la interrogante, ¿Cuáles son las causas que provocaron este declive?

Para este autor, pueden ser varios los factores, incluyendo, hasta el propio cambio climático, pero los más determinantes pudieran ser, en primer lugar; el cierre de las matriculas de estas especialidades en los centros nacionales de alto rendimiento, llevando esto a la involución y desactualización de los sistemas de entrenamiento aplicados a los atletas de estas pruebas, aparejado al nulo empleo de procedimientos tecnológicos que permitan ofrecer datos reveladores sobre la asimilación o no de las cargas de entrenamiento aplicadas y lógicamente, no puede faltar el complemento económico, de gran peso, pues en décadas pasadas se destinaban cuantiosos recursos a estas especialidades, que incluían largas estancias competitivas en los antiguos países socialistas, propiciando el roce internacional, tan necesario para el logro de altos niveles competitivos, algo que ha sido nulo en los últimos decenios.

Como se muestra en este trabajo y en los anteriores, nuestros resultados en estas pruebas nos son como para abochornarse, ni mucho menos, son los normales que pueden lograrse en los países ubicados en la región tropical, con las sabidas afectaciones derivadas del clima cálido y húmedo, así como de la condición insular de la isla.

Entonces, ante la presencia de estos últimos “ingredientes” citados, que nos acompañarán siempre, se impone la búsqueda de soluciones alternativas, que permitan revitalizar la presencia de los atletas cubanos en las pruebas de medio fondo, fondo y caminata, sobre todo, en los eventos de la región.

Una de las vías alternativas, pudiera ser, a tono con la política de contrataciones que se aplican en el deporte cubano, buscar la posibilidad de insertar varios atletas jóvenes de esas especialidades en clubes extranjeros o convenir la realización de largas estancias de entrenamientos en países que posean las condiciones idóneas para la práctica de estas disciplinas.

También, aprovechando la amplia presencia de entrenadores cubanos en diversos países, se pueden lograr la inserción de atletas de estas especialidades en sus entornos de entrenamientos. Como también habría necesariamente que realizar una lógica actualización de nuestros técnicos en esas pruebas, en materia de entrenamiento, acorde a los nuevos aires que soplan en el mundillo de este sector.

Me despido por ahora, citando los recientes ganadores del Marabana 2017, los que confirman las dos vertientes antes tratadas en estos trabajos, una, que son producto de la extinta Base de Villa Clara y otra, que con la desaparición de esa institución, se han eclipsado los buenos resultados en estas especialidades, pues no se manifiestan nuevos atletas y rendimientos acorde a décadas anteriores.

Media maratón (M), ganador Richer Pérez, (1986), 31 años, natural de Camagüey, fue matricula de la Base de Villa Clara a partir de 2004, tiempo: 1:06.18; (F): Dailín Belmonte, (1985), 32 años natural de Santiago de Cuba, en esa institución desde 2003, tiempo: 1:16.44.

Maratón (M), ganador: Henry Jaen, (1976), 41 años, natural de Santiago de Cuba, matricula en la Base de Villa Clara en 1995; tiempo: 2:28.42; (F): Yudileyvis Castillo, (1984), 33 años, natural de Santiago de Cuba, con inicio en esa institución en 2002; tiempo: 2:44.36.

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