Sobre este tema se podrá haber escrito bastante, siempre polemizando, que si antes existieron grandes velocistas en Cuna y luego desaparecieron, se esfumaron. En lo particular, expreso que si existieron, desde tiempos remotos, baste mencionar algunos apellidos ilustres, Barrientos, Ortiz, Fortún, Figuerola, Montes, Ramírez y claro, no podía faltar, Leonard.
Todos, en su momento, fueron capaces de rivalizar con los mejores exponentes del mundo, amén, de que unos lograron medallas en Juegos Olímpicos y otros no, pero su presencia era segura en las finales de los más diversos eventos atléticos, algo que ha venido careciendo el atletismo cubano desde que Silvio Leonard lo hiciera a mediados de los años 70s.
Leonard un producto genuino de los Juegos Escolares, se dio a conocer internacionalmente en 1973, a los 18 años, cuando el 17 de agosto, durante los Juegos Mundiales Universitarios en Moscú, escoltó con 10.43 al soviético Jüris Silovs (10.37), en los 100 metros. Más tarde, el 9 de septiembre, en Praga, establecía un primado cubano juvenil con 10.24 segundos, vigente durante 42 años (10.17, Reynier Mena, Edmonton 2015).
Durante la temporada de 1974 varios meetings europeos se rinden ante su veloz sprintear, como el Pravda Televizia Slovnaft de Bratislava, el Golden Spike de Ostrava, la Nocturna de Milán y Siena, estos últimos en tierras italianas. En Siena, en los 100 metros marca 10.0, doblegando a los estadounidenses Steve Williams y Reggie Jones, uno y tres en el listado mundial de ese año; mientras que en Milán, vence al amor de los 200 metros, el jamaicano Donald Quarrie.
El 5 de junio de 1975, durante el Golden Spike de Ostrava, logra correr los 100 metro en 9.9 segundos, con cronometraje manual. Más avanzado el año, el 14 de octubre, durante los Juegos Panamericanos de México, deja en la saga a toda una legión de velocistas, como el trinitario Hasely Crawford (campeón olímpico al año siguiente), el guyanés James Gilkes, los estadounidenses Clancy Edwards y Bill Collins, el canadiense Hugh Fraser y el brasileño Rui da Silva. Un lamentable accidente al finalizar esa carrera de 100 metros, cayó a un foso, con fractura de una vértebra lumbar, le privó de asumir un rol protagónico en los 200 metros.
En 1976, luego de intervención quirúrgica y posterior recuperación, estaba entre los candidatos al podio olímpico en Montreal; el 2 de junio en el Pravda Televizia Slovnaft de Bratislava, corrió 10.28 para dejar en un segundo plano al búlgaro Petar Petrov, al polaco Marian Woronin y a los cubanos Osvaldo Lara y Hermes Ramírez, pero estando ya en la sede olímpica, una trifulca ocurrida en la habitación que ocupaban los integrantes de ambos relevos, le produce una herida de unos ocho puntos y adiós Juegos Olímpicos. Aun con los puntos en el pie, Leonard salió a la pista del Estadio Olímpico para correr las rondas eliminatorias (10.62) y cuartos de final (10.59).
Para 1977, ya habían quedado atrás los “accidentes” sufridos en México’75 y Montreal’76, la temporada fue excepcional, teniendo su mejor momento, el 11 de agosto en Guadalajara, México, durante la eliminatoria para la primera Copa del Mundo, al convertirse en el segundo atleta en la historia en lograr descender de los 10 segundos (cronometraje electrónico), logrando 9.98, el primero fue el estadounidense Jim Hines, con 9.95, en México 1968. En esta carrera, el trinitario Hasely Crawford, el rey olímpico en Montreal, había sido relegado al tercer puesto, también Osvaldo Lara lo aventajó. El gran momento que vivía Leonard lo llevó a triunfar también en los 200 metros (20.08), derrotando al jamaicano Donald Quarrie (20.11), también dueño del título olímpico; mientras que en los Juegos Mundiales Universitarios de Sofía, ganó con 10.08, dejando en el camino al local Petar Petrov (10.19), a su paisano Lara (10.31) y al soviético Nikolay Kolyesnikov (10.33). En la Copa del Mundo de Dusseldorf fue tercero en ambas pruebas (10.19 y 20.30); en 100 metros, lo adelantaron el estadunidense Steve Williams (10.13) y el alemán oriental Eugen Ray (10.15); en tanto, en 200, lo hicieron, el estadounidense Clancy Edwards (20.17) y el italiano Pietro Mennea (20.17). Por último, los aficionados cubanos tuvieron la oportunidad de verlo sobre la pista del Pedro Marrero, durante las Espartaquiadas de los Ejércitos Amigos, cita donde triunfó con su segundo mejor de su carrera, 10.03 segundos.
Otra excelente temporada registró Leonard durante el año 1978, iniciada brillantemente, el 12 de marzo, en Memorial Norman Manley en Kingston, donde derrotó en 100 metros (10.19), al local Donald Quarrie (10.26), al guyanés James Gilkes (10.29) y a los estadounidenses Houston McTear (10.29) y Steve Riddick (10.31). Un aspecto a destacar, es que en las siguientes tres competencias, Leonard corrió 100 y 200 metros en una misma jornada, triunfando en ambas pruebas; el 19 de junio, durante el Memorial Kusocinski en Varsovia, con 10.08 y 20.06, nuevo récord cubano (), tres días después repitió en el ASV de Colonia, donde derrotó en 100 metros a una tríada de estadounidenses, formada por McTear (10.23), Clancy Edwards (10.07) y Steve Williams (10.07), en tanto hizo 20.32 en 200 metros, cerrando el 23 de agosto en el Crystal Palace de Londres, donde doblegó en 100 metros al trinitario Crawford, al ghanés Ernest Obeng y al inglés Allan Wells, quien dos años más tarde sería el campeón olímpico, mientras que en 200, triunfó con 20.38 segundos. Sus éxitos en ese año se complementaron, con triunfos en el Pravda Televizia Slovnaft de Bratislava, el Van Dame de Bruselas y en Medellín, durante los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Otra gran temporada desarrolló Leonard durante el año 1979, tal vez, la última exitosa, iniciada con 10.18, el 6 de mayo en el Pepsi de Westwood, California, doblegando a todos los sprinters locales, Houston McTear, Eddie Hart, Eric Brown y Steve Williams, entre otros. Cinco días más tarde en el Memorial Manley, en Kingston, repitió la dosis, ahora con crono de 10.11 segundos, donde aventajó a McTear, Gilkes, Williams, Quarrie y Lara. En los Juegos Panamericanos de San Juan, revalidó el título en los 100 metros, con crono de 10.13 segundos, adelantando a los estadounidenses Harvey Glance, Emmit King y al brasileño Nelson Rocha. Cerrando con la Copa del Mundo en Edmonton, evento donde triunfó en 200 metros (20.34) y cedió en 100 metros (10.26), ante el estadounidense James Stanford (10.17).
Un aparte con Moscú’80
Durante la temporada olímpica correspondiente a 1980, Leonard no estuvo al nivel de los tres últimos años, sobre todo, en la participación en competencias, aunque los resultados, tampoco estuvieron a la altura de temporadas anteriores. Su mejor desempeño lo obtuvo en el meeting Pravda Televizia Slovnaft de Bratislava, con 10.15 segundos, el 6 de junio, marca que casi iguala 48 días más tarde, en los Juegos Olímpicos de Moscú, pero en los cuartos de final; el otro resultado destacado había ocurrido en Varsovia, el 13 de junio, con 10.17 segundos.
Les propongo analizar el desarrollo de esta prueba en Moscú y el desempeño de los principales atletas, entre ellos, Leonard y el inglés Allan Wells. Estuvieron ausentes por el boicot, los estadounidenses Stanley Floyd (10.07), Harvey Glance (10.14) y Mel Lattany (10.14), clasificados en los Trials de Eugene; entonces los roles protagónicos recaían en Leonard (10.15), el italiano Pietro Mennea (10.19), Wells (10.19), el búlgaro Petar Petrov (10.22) o el alemán oriental Eugen Ray (10.18).
Esta, puede catalogarse como una competencia atípica, quizás el clima, el aire o los atletas, puedan haber incidido, resulta que los mejores tiempos se lograron en la fase de cuartos de final, siguiéndoles una pésima semifinal; veamos; el 24 de julio se celebraron, la ronda uno y los cuartos de final, en la primera fase, el mejor crono lo obtuvo el local Aleksandr Aksinin, con 10.26, Leonard 10.33 y Wells 10.35; en la segunda, el inglés Allan Wells mostró credenciales, con 10.11, seguido de Petrov (10.13), mientras Leonard ganaba la serie tres con 10.16.
Las semifinales y final se corrieron el 25, en la primera de ellas, el mejor tiempo fue para Wells, con 10.27, seguido de Lara, 10.34, mientras que Leonard, con 10.40 había escoltado a Petrov (10.39) en la primera serie. El resultado de la final, ha sido muy comentado en todos estos años, con el triunfo en el fotofinish para Wells, al margen de que ambos corredores fueron colocados en carriles opuestos (Leonard por el uno y Wells por el ocho), el tiempo realizado, 10.25 hace patente los argumentos de una competencia “extraña”. Hoy, a la distancia de 40 años, observamos que el inglés Allan Wells se mostró más estable que el cubano durante las cuatro fases y aunque las carreras no se ganan por estabilidad, esta sí puede influir en el resultado final.
Los 200 metros, según el propio Leonard, era su prueba favorita, pero en los Juegos Olímpicos de Moscú, les sería difícil llegar al podio. En ese año Leonard (1) tenía acreditado un mejor tiempo de 20.77 (Varsovia, 14 de junio) y tendría en carrileras distantes a dos verdaderos especialistas, el italiano Pietro Mennea (7) y el jamaicano Donald Quarrie (5), además del inglés Allan Wells (8), un corredor con un final muy fuerte. La ronda uno fue de puro trámite, Quarrie 20.87, Leonard 20.95 Mennea 21.26 y Wells 21.57; en los cuartos de finales se fueron “definiendo” los candidatos, Wells 20.59, Mennea 20.60, Quarrie 20.89 y Leonard 20.93, mientras que las semifinales fueron otra cosa, en la serie uno, quizás Leonard (20.61) tuvo que apurarse, mientras que Wells (20.75); en un mejor carril, se dedicó a clasificar, dejando que el alemán Hoff (20.69) y el polaco Woronin (20.75), también lo adelantaran; en tanto, en la serie dos, Mennea (20.70) y Quarrie (20.76) se dedicaron solo a clasificar. La final estaba “cantada”, con Mennea poseedor del récord mundial (19.72), por el carril siete, Quarrie que varios años antes había logrado 19.86 y todavía era un excelente corredor, por el cinco y Wells, con un fuerte remate y estimulado por el título en 100 metros, por el ocho, mientras Leonard, que había logrado sus mejores resultados del año en Moscú (20.61), fue colocado por el carril uno, el más complicado, por tener la curva más cerrada, además estaría bien distantes de los favoritos. Mennea ganó con 20.19, empujado por Wells (20.21), mientras que Leonard pagó caro el esfuerzo realizado por la senda uno y fue superado estrechamente por Quarrie, con 20.29, por 20.30 del cubano.
Decadencia y retiro
Luego de los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, los resultados de Silvio Leonard fueron retrocediendo, al punto de no lograr acercarse a sus rendimientos anteriores. En 1981, el segundo mejor año, de las cinco últimas temporadas, apenas logró crono de 10.34, siendo derrotado por el jamaicano Colin Bradford (10.30) en el Campeonato Centroamericano y del Caribe, celebrado en Santo Domingo, mientras que en la Copa América en Ciudad Bolívar, fue relegado al séptimo puesto.
En las restantes temporadas, solo en 1984 logró descender de los 10.50, con 10.28, algo que no era usual en un corredor del nivel de Silvio Leonard. Las lesiones se encargaron de irle poniendo el punto final a la carrera del mejor velocista cubano de todos los tiempos. Su retiro aconteció durante la temporada de 1985, con él se despedía el último velocista cubano (100 y 200 metros), capaz de ubicarse dentro de la élite del atletismo mundial.
Eddy Nápoles Cardoso – Cuba (Especial para Atletismo Peruano)