Cada nuevo triunfo de Caster Semenya viene rodeado de polémica, y el que logró en el Gold Coast (Australia) es uno más. Ganó su primera medalla en los Juegos de la Commonwealth ya que es la primera vez corría, con un incontestable triunfo en los 1.500 metros femeninos, y lo hizo con récord de su país, Sudáfrica con 4: 00.71.
El polémico triunfo está en la intersexualidad de la atleta sudafricana, que presenta características físicas más propias de hombres que de mujeres. Su nivel de testosterana, por ejemplo, es tres veces mayor en ella que en una mujer normal, lo que ha ocasionado que el debate se presente con cada actuación suya.
La IAAF (Federación Internacional de Atletismo) dictó en 2009, cuando Semenya tenía 18 años y ya era muy superior a sus rivales, que era hermafrodita. Fue sancionada por ello, pero años después se concluyó que era intersexual, una característica que solo se presenta en poco más del 0,1% de la población mundial. Es hiperandrogénica y su cuerpo produce niveles inusualmente altos de testosterona, que promueve el crecimiento muscular.
El futuro es incierto para Semenya, que admitió estar «cansada» de esta situación que lleva viviendo desde que compite. La IAAF lleva estudiando desde el año pasado qué medidas tomar, y aunque deja claro que atletas como la sudafricana «no están haciendo trampas», sí considera que en determinadas pruebas «las atletas con altos niveles de testosterona tienen una significativa ventaja en la competición». El asunto sigue siendo estudiado por el máximo organismo internacional, y se espera que en los próximos meses haya una decisión sobre qué hacer con Semenya y otras atletas de similares características.
Foto: Paul Childs/Reuters