El presidente de World Athletics, Sebastian Coe, dejó en claro que cualquier intento de relanzamiento deberá superar un estricto proceso de autorización, fue la expresión del máximo directivo de la entidad del atletismo mundial, tras conocerse la bancarrota del Grand Slam Track (GST), la competición impulsada por el legendario velocista Michael Johnson.
Coe advirtió que el organismo rector del atletismo mundial tiene la responsabilidad de “vigilar el calendario” y garantizar que los nuevos eventos que aspiren a formar parte de él cuenten con credenciales sólidas y un respaldo financiero real. “Damos la bienvenida a la innovación y a las nuevas propuestas, pero deben basarse en un proyecto realista, sostenible y a prueba de fallos”, señaló.
La postura del dirigente británico llega después de que Johnson, cuatro veces campeón olímpico, afirmara la semana pasada que, pese a las “dificultades significativas”, no piensa abandonar la misión de sacar adelante GST. Sin embargo, la competición acumula deudas millonarias con acreedores, entre ellos varios atletas de primer nivel.
Cuestionado sobre si World Athletics que pudiera impedir el regreso de la liga, Coe evitó entrar en polémicas directas, aunque recordó que es el organismo internacional el que controla y autoriza el calendario oficial de competiciones. “Existe una responsabilidad clara en este proceso, y en el futuro lo analizaremos con mayor profundidad”, afirmó.
Recordemos que el Grand Slam Track debutó este año, con reuniones en Kingston y en las ciudades estadounidenses de Miami y Filadelfia. Pero los problemas no tardaron en aparecer: sin liquidez y con una baja asistencia de público, la competición se vio obligada a cancelar una cuarta cita prevista en Los Ángeles el pasado mes de junio.
Los organizadores contribuyeron a la crisis y a la retirada de inversiones previamente comprometidas y aseguraron que el proceso de bancarrota busca estabilizar las finanzas y redefinir el modelo operativo con vistas al largo plazo.
Todo ello mientras las deudas con los atletas se acumulan: el mediofondista escocés Josh Kerr tendría pendientes unos 162.000 euros en concepto de primas y derechos de participación, mientras que las estrellas estadounidenses Sydney McLaughlin-Levrone y Gabby Thomas tienen pendientes aproximadamente 265.000 y 186.000 euros, respectivamente.





