La venezolana Yulimar Rojas reventó la final del salto triple con 15,37 metros, en su segundo intento que le dio su segundo título mundial consecutivo y volvió a dejarle muy cerca del récord del mundo de la ucraniana Inessa Kravets (15.50).
La jamaicana Shanieka Ricketts consiguió la medalla de plata con 14,92, y la colombiana Caterine Ibargüen, campeona olímpica, se alzó con la presea de bronce con 14,73.
«Rojas tiene un talento increíble para el triple, sus condiciones físicas son perfectas (1,93 de altura): posee una alta velocidad, buena técnica y una estructura corporal ideal», analiza la ucraniana Inessa Kravets, poseedora del tope mundial (15,50), de 1995, hace 24 años. «Espero que bata mi récord muy pronto». Yulimar responde: «Es un honor que digan eso, aunque yo aquí estoy centrada en revalidar el oro, si es con una marca importante, que sea histórica, será mejor todavía.” Sostuvo la flamante campeona mundial.
Pudo así sacarse la espina de la decepción vivida unos días antes en la final del triple salto de la Liga de Diamante, en Zúrich (Suiza), donde se quedó en 14,74 metros y fue superada por sorpresa por la jamaicana Shanieka Ricketts (14,93).
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